No sólo estaba Lance. También hay otros". Alberto Contador se mostró satisfecho por haber "sobrevivido sin caída" en el día con más polvo de todo el Tour de Francia. El madrileño, con mejor cara que el lunes en Spa, explicó su penar por los 30 últimos kilómetros de la etapa: "Los corrí con la rueda de atrás frenada. No podía ni ponerme de pie, pero hubiera sido peor si cambio la bici. No hubiera podido recuperar". En el tramo de pavés de Sars et Rosieres, Contador se dio un "llantazo" que partió un radio y dejó la rueda trasera bailando y rozando constantemente con las pastillas de freno.El pavés no le segó ninguna posibilidad de triunfo en el Tour. "Lo pasé bien, sin sufrir". Por delante de él entraron ilustres como Andy Schleck, Cadel Evans o Denis Menchov. Y por detrás, Lance Armstrong y el resto. "No es cuestión de sacar tiempo sólo a Lance. Hay otros. Es momento para analizar bien cómo queda la carrera y felicitarnos de lo bien que estuvo el equipo. Lo de Vinokourov fue impresionante. De no ser por la avería hubiera llegado más adelante, con él. Sin embargo, no podía poner más potencia".
Maldita rueda.
Maldiciendo la avería, mirando la rueda de frente, como hizo nada más entrar en meta, Contador no tuvo que hacer muchas cuentas. Va por detrás de Andy Schleck y por delante de Lance Armstrong, además de constatar que Vinokourov está para todo lo que quiera. Es el gran triunfo de este Tour para Contador. Ha ganado a un kazajo para la causa. Aunque puede haber perdido por unos días a su fiel Benjamín Noval. "Creo que me he roto la mano", dijo antes de llegar al autobús. No fue tan grave, aunque quizá esté renqueante hasta que mejore.
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